Es evidente que para medir si los contenidos de la Historia son útiles y necesarios para los alumnos y alumnas de la enseñanza reglada habrá que plantear previamente si dichos contenidos responden a alguna de las necesidades educativas de los destinatarios y si, por otra parte, están al alcance de sus capacidades
Es evidente que esta afirmación requiere una cierta matización. Los contenidos de Historia son útiles en la medida que sean susceptibles de ser manipulados por los alumnos. Para ello, se tendrá que tener en cuenta el grado de desarrollo cognitivo propio de cada grupo de edad y, al tiempo, subordinar la selección de contenidos y los enfoques didácticos a las necesidades educativas y capacidades cognitivas de los escolares.
Ignacio Zaragoza
Ignacio Zaragoza
jueves, 27 de octubre de 2011
miércoles, 26 de octubre de 2011
Biografia
Militar mexicano (Espíritu Santo, Texas, 1829 - Puebla, 1862). Ignacio Zaragoza estudió en Matamoros y Monterrey. En 1853 ingresó, con el grado de sargento primero, en la Guardia Nacional de Nuevo León, que fue incorporada al ejército por disposición del presidente Santa Anna. Promovido a capitán, apoyó la Revolución de Ayutla y participó en la toma de Saltillo en 1855. Ascendido a coronel, participó en la defensa de Monterrey.
Cuando el presidente Comonfort fue derrocado, Zaragoza se hallaba en la ciudad de México y, liberal convencido, emprendió la defensa de la Constitución de 1857. Luego marchó al norte uniéndose a Santiago Vidaurri, y cuando fue nombrado el nuevo gobernador, Aramberri, Zaragoza se apoderó de Monterrey (1859).
Al final de ese año y con el carácter de cuartelmaestre, estuvo a las órdenes de González Ortega en la batalla de Calpulalpan que dio fin a la guerra de Reforma. En 1861 se le nombró ministro de Guerra, cargo que dejó en diciembre del mismo año para tomar el mando del Ejército de Oriente, ante las fuerzas de la Alianza Tripartita, que luego se convirtieron en intervencionistas.
Se decretaron honras fúnebres en todo el país. Sus restos fueron exhumados del Panteón de San Fernando de la Ciudad de México para ser trasladados a Puebla y depositados en un monumento erigido entre los fuertes de Loreto y Guadalupe, el 5 de mayo de 1976. Fue declarado Benemérito de la Patria.
Al estallar la rebelión de Ayutla se adhirió a su plan, militando desde entonces con los liberales. Asistió a la batalla de Saltillo contra los santanistas. A fines de 1856 estuvo en la defensa de Monterrey. Al ocurrir el golpe de Estado de Comonfort se encontraba en la capital de la República. Con unos cuantos rifleros del norte comenzó a luchar en la defensa de la Constitución de 1857 y por los principios reformistas. En 1860 fue el jefe de las fuerzas sitiadoras de Guadalajara, logrando derrotar a las tropas de Leonardo Márquez.
Al final de ese año y con el carácter de cuartelmaestre, estuvo a las órdenes de González Ortega en la batalla de Calpulalpan que dio fin a la guerra de Reforma. En 1861 se le nombró ministro de Guerra, cargo que dejó en diciembre del mismo año para tomar el mando del Ejército de Oriente, ante las fuerzas de la Alianza Tripartita, que luego se convirtieron en intervencionistas.
Con ese carácter presentó batalla a las tropas francesas en las cumbres de Acultzingo. Días después rechazó el asalto de las tropas francesas en Puebla, alcanzando la famosa victoria del 5 de mayo de 1862. Sobrevivió poco a su triunfo, pues, atacado por la fiebre tifoidea, murió en la ciudad de Puebla el 8 de septiembre.
Se decretaron honras fúnebres en todo el país. Sus restos fueron exhumados del Panteón de San Fernando de la Ciudad de México para ser trasladados a Puebla y depositados en un monumento erigido entre los fuertes de Loreto y Guadalupe, el 5 de mayo de 1976. Fue declarado Benemérito de la Patria.
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